martes, 12 de diciembre de 2006

El fin de una era

Anteayer, 10 de Diciembre de 2006, moría Augusto Pinochet en Chile a los 91 años de edad.

Era el fin de una era. De una era de terror. De una era de represión. De una era de desapariciones. De una era de división entre los habitantes de un mismo país. De una era de muerte. Sin embargo, este fin no era el esperado.

Es, el fin de una era de acoso por la justicia. El fin de una era repleta de causas jurídicas, que ahora han quedado sin resolver, algo que lamentan la mayoría de las opiniones internacionales. Es el fin de una era de un castigo sin cumplir.
A pesar de todo, el “augusto” dictador seguía teniendo partidarios por todo el globo, la mismísima ex-primera ministra del Reino Unido, Margaret Thacher, lamentaba públicamente la muerte del dictador.
Este apoyo también se celebro en Santiago, capital del país, en donde sus partidarios nacionales no dudaron ayer en llorar su pérdida frente al Hospital Militar de Chile mientras la fuerte masa de sus detractores celebraban su fallecimiento frente a la estatua de Salvador Allende.

El general golpista fue enterrado en Chile pero, como ya declaró ayer la presidenta chilena, Michelle Bachelet, sin ningún tipo de luto oficial.

Es el fin de una era en la que se ha demostrado a los dictadores que sus crímenes no quedan impunes.
Ahora, una nueva era comienza. Una era de libertad y democracia, pero sin justicia para las víctimas de Pinochet ni sus familiares.


Biografía de Augusto Pinochet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Augusto_Pinochet

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Es el fin de una era en la que se ha demostrado a los dictadores que sus crímenes no quedan impunes."
¿Seguro? Pinochet ha ganado su última batalla, ha quedado impune de la cárcel, ha triunfado sobre la justicia. Y no es el único: Mao, Stalin, Hitler o Franco, con su muerte, han ganado su última batalla y han terminado la guerra.
De Pinochet hay algo que me sorprende: mucha gente le quería en su país. Miles de muertos por instaurar lo que él llamaba libertad. Salvador Allende confió en él y le traicionó a las pocas semanas. Sin embargo gran cantidad de chilenos creen realmente que libertó Chile y llevó al país a la prosperidad.
Se ha librado de ser juzgado en la tierra. Ahora será Otro quien lo tendrá que juzgar.